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Los clientes difíciles son una bendición disfrazada

  • Foto del escritor: TAB
    TAB
  • 25 mar
  • 2 Min. de lectura

 Jan. 29, 2025



Como dueños de negocio, todos hemos tenido que lidiar con clientes complicados en algún momento. Ya sea por expectativas poco realistas, una actitud combativa, comportamiento pasivo-agresivo o simplemente formas de actuar que dificultan la relación, estos clientes pueden representar un verdadero desafío.


Sin embargo, los clientes difíciles también pueden enseñarnos valiosas lecciones que no solo nos ayudarán a cerrar ventas, sino que también contribuirán a mejorar la experiencia general de nuestros clientes.


Lo que puedes aprender de los clientes difíciles


Los clientes complicados no siempre son personas problemáticas; simplemente exhiben comportamientos que requieren mayor paciencia y esfuerzo. A continuación, se describen algunos perfiles comunes y cómo puedes aprovechar estas interacciones para mejorar estratégicamente la experiencia de tus clientes:


1. Indecisos

Estos clientes cambian constantemente de opinión sobre lo que desean comprar. Pueden solicitar modificaciones en los términos y condiciones, para luego dudar nuevamente sobre el producto o servicio que quieren.


Brinda claridad, datos concretos y, si es necesario, incentivos que les ayuden a tomar decisiones. Un cliente indeciso puede ser señal de que tu proceso de ventas es complicado o confuso. Considera simplificarlo para ofrecer una experiencia más clara y directa.


2. Exigentes

Estos clientes esperan recibir lo mejor de tus servicios o productos al menor costo posible, incluso sin tener una relación establecida con tu negocio. También suelen exigir plazos de entrega poco realistas sin querer pagar extra por ello.


Ofrece niveles de servicio escalonados para gestionar mejor estas solicitudes. Si puedes satisfacer sus demandas sin afectar negativamente a tu equipo o tus márgenes, hazlo. Pero también es importante mantener tus límites cuando sea necesario.


Los clientes exigentes nos recuerdan la importancia de definir plazos claros, alcances del trabajo y otros aspectos que quizás no estén bien establecidos en tu proceso de ventas.


3. Quejumbrosos

Algunos clientes parecen estar siempre insatisfechos con tus productos o servicios. Este tipo de clientes puede convertir el proceso de ventas en una experiencia negativa para ti y tu equipo.


Escucha con atención sus inquietudes y reconoce sus molestias. A veces, incluso las quejas más constantes pueden contener información valiosa para mejorar tus procesos.


Los clientes quejumbrosos nos recuerdan la importancia de recopilar retroalimentación constante y utilizar esos comentarios para ajustar nuestros procesos cuando sea necesario.


4. Desaparecidos ("Ghosting")

La falta de respuesta puede ser especialmente frustrante cuando parecía que un cliente estaba a punto de cerrar una venta. Estos "desaparecidos" suelen mostrar entusiasmo al principio, pero luego resultan imposibles de contactar.


Implementa seguimientos estructurados, e incluso automatizados, para mantener el contacto.


Sé siempre transparente y proactivo al brindar actualizaciones, próximos pasos e información adicional. Aunque el cliente desaparecido nunca responda, habrás demostrado profesionalismo y compromiso.


5. Morosos

Los clientes que pagan tarde pueden generar serios problemas en tu flujo de caja. Pueden comprometerse a ciertos plazos de pago, pero luego dejar facturas pendientes durante meses.


Mantén una comunicación frecuente con el cliente (si eres B2C) o con el departamento de contabilidad (si eres B2B), siempre de forma cordial y sin juicios, para preservar la relación y facilitar el pago.


 
 
 

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